Hace ocho años, a finales de mayo, un padre y madre de familia que habían defendido valientemente a poblaciones rurales y áreas protegidas, fueron asesinados en Brasil. Mientras la comunidad católica se prepara para una reflexión, de un mes, sobre la Amazonía y su gente, hacemos una pausa para recordar a los mártires que han dado su vida por esta causa.

En 2011, María do Espírito Santo da Silva y su esposo, José Cláudio Ribeiros da Silva, fueron asesinados cerca de su casa en el estado de Pará, Brasil. Ellos pertenecían a colectivos que luchaban por la protección de las personas y de los territorios.

Las áreas protegidas han enfrentado grandes amenazas durante mucho tiempo en Brasil, donde los ganaderos y los mineros destruyen ilegalmente gran parte de la vegetación y arrasan con decenas de miles de árboles que son destinados para la industria. Cuando María y José Cláudio fueron asesinados, más de 1.150 agricultores y defensores de los derechos humanos, incluidos sacerdotes, habían ya muerto en enfrentamientos debido a la protección de los territorios.

Según Front Line Defenders, “los asesinatos son en su mayoría cometidos por hombres armados contratados por madereros, ganaderos y granjeros para silenciar las protestas por la tala ilegal de árboles en los bosques. Se sabe que menos de 100 del total de los casos, han ido a los tribunales y solamente una persona a quien encontraron culpable está encarcelada actualmente».

María y José Cláudio eran esposos, padres, abuelos y miembros muy queridos de la comunidad. A fines de mayo de 2011, hombres armados les dispararon varias veces. Sus cuerpos fueron encontrados dentro de la reserva natural que intentaban defender.

María fue educadora y el Instituto Transformance de Brasil: Cultura & Educação redactó un libro de historias locales, poemas y recursos educativos en su memoria. Una versión en inglés y portugués está disponible aquí.

Este octubre, los obispos de todo el mundo se reunirán en Roma durante un mes para tener un diálogo sobre la Amazonía y su gente. Esta reunión, o sínodo, provocará una reflexión continua sobre cómo proteger este lugar hermoso y en peligro de extinción, junto con las personas que lo habitan.

Todos estamos invitados a rezar y a crear un diálogo alrededor de estos temas, ya sea o no que vivamos en la Amazonía. Aquí está disponible una Guía de Reflexión para grupos pequeños y mucho más.